e mërkurë, 30 maj 2007

Repujado, de Transpacifico

Yo, en Bolivia me compré una alfombra maravillosa, hecha entera de lana de alpaca, que es un material muy codiciado por los bolivianos y los turistas, por su suavidad, sobretodo. Esta alfombra me costo doscientos bolivianos, que equivale a catorce mil pesos aprox. Y es una alfombra que acá mismo en Chile me costaría sin exagerar al menos ciento cincuenta mil pesos, por lo mismo, porque es de alpaca y su suavidad y el teñido etc.
Lo peor de mi alfombra es que es muy hermosa (llena de patos ordenaditos alineados de fuertes colores, medios geométricos mirando una línea a la izquierda y la otra a la derecha y así sucesivamente durante dos metros por uno setenta.) Como decía, es tan linda que me carga pisarla.
De que &%$*#¨%”# me sirve una alfombra que no quiero pisar!!!
Pero tengo que resignarme y pasarla, mal que mal, esa es su función. Ser pisada y adornar el suelo.
Al igual que la obra de Lucía Egaña. Obra hermosa que se pisa y que permite ser deformada por los zapatos sucios de otras personas. Láminas de cobre cubren el suelo de Palacio de la Moneda. El cobre está en la Moneda. El cobre es la plata de chile, y el cobre fue dado a unos internos de colina uno para esculpirlos con imágenes típicas chilenas y con eso tapizar el suelo de una sala del palacio. Y ser vista y pisada por espectadores con zapatos. Zapatos ojalá sin caca de perro.

La obra de Lucía Egaña. O la obra de los ocho presos que hicieron esta alfombra de cobre. Ya ni siquiera sé quién es el verdadero autor de una obra artística, el que lo hace, como es el caso de los internos, o el que tiene la idea, como Lucía Egaña. El concepto, o la mano de obra.
Este “problema” se ha repetido siempre, a lo largo de todos los tiempos. Siempre el gran creador se sienta a dirigir, como pasa en la arquitectura por ejemplo, el arquitecto dibuja, diseña, pero son los obreros los que levantan la casa. Sin ellos nos hay casa. Esta superproducción de Lucía Egaña, la gran inventora jamás hubiera sido posible sin estos internos buenos para la orfebrería. Es más, esta obra no existiría si estos ocho reos no hubiesen cometido el acto delincuente por el cual han sido privados de su libertad. Y voy más allá todavía, la culpa es de la madres! Porque siempre se culpa a las madres de no haber dado una educación buena a sus hijos y se dice que es por ellas que los hijos caen en las drogas, maltrato y delincuencia, y estos niños, que pasaron hambre, por eso robaban, mientras la mamá se estaba gastando toda la plata que no tenía en la peluquería. Madres chilenas egoístas, siempre pensando en ustedes.

Y así es Chile.

Violetaparracolocolobanderamapuchevíctorjaracopihuechilen
osantateresitadelosandeschéguevaracuecachilenapablonerud
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soacaballogeografíachilenayregionespadrehurtadomanuelrod
ríguezquijotedepicassobanderadechilelaufidodidomickeymous
echinchinerochile.


Se dice que gracias a esto los internos están preparados para readaptarse a nuestra sociedad.
“Estos talleres constituyen una opción real de reinserción laboral para los internos y les permiten contar con herramientas que faciliten su reingreso a la sociedad.”
Cómo, me pregunto yo. ¿Siendo pisoteados? Sé que suena retrógrado de mi parte, pero no puede ser que la manera de reintegrarse sea a través de las pisadas de los otros. Qué seguridad puede brindar eso.
Sé que esto es metafórico por todos lo elementos que hay en juego: “En este caso, hay muchos temas que se están relacionando, uno es el cobre, que es el sueldo de Chile, que es lo que produce y que hoy Chile tenga un excedente de plata que no sabe qué hacer con ella; está la artesanía, están los símbolos de la iconografía nacional; está el espacio dónde se exhibe, que es La Moneda, está el trabajo de la gente que está privada de la libertad. Son muchos elementos que se van superponiendo y que van conformando un sentido general”, explica la artista Lucía Egaña.
Pero decir que es una opción real de reinserción laboral lo encuentro mucho, es decir, ojalá todos los presos del mundo puedan reintegrarse en sus sociedades respectivas y sean aceptados por la gente libre, que muchas veces les teme obviamente.
Mas mi punto es que todo funciona simbólicamente, aunque sea sin darnos cuenta, todo el tiempo usamos símbolos como nuestro idioma, o nuestra gesticulación o los signos del tránsito etc.

Y hacer una gran alfombra de cobre ensamblada de planchas repujadas con íconos populares hechas por internos de la penitenciaría colina uno, y que ésta sea pisada con el fin de deformar, simbólicamente la identidad nacional, me parece duro.
Porque para mi, no fue sentir la deformación de la identidad nacional, fue pisotear la obra de una persona privada de libertad y que busca por todos los medios ser reaceptado. Y pisar, ensuciar y deformar la obra de éstos presos me da la sensación de pisarlos, ensuciarlos y deformarlos a ellos, simbólicamente.
Todo funciona tan armónico en esto, todos los conceptos: el cobre, los presos, los íconos, la Moneda, etc. Yo lo único que reprocho es el final. Que estén el suelo. Podrían haber estado en las paredes, y te hubiera envuelto por todos lados la sensación de salir adelante, mirar hacia adelante. Mirar las obras de frente y para arriba; no hacia abajo, hacia los zapatos.
Como el caso de mi alfombra: es una obra de arte hecha por una artesana boliviana. Pero es una alfombra, se dobla, se pisa y calienta los pies con su lana de alpaca.
El cobre es frío.


Francisca Cheyre


6 komente:

David tha...

Me parece demasiado intrígante su entrada, me causa la sensación de saber de que habla toda esa primera parte al decir ella: en bolivia compré esa alfombra...... Este es un comienzo genial, ya que no entendía el nexo personal y obviamente en relaciòn a que obra.
Su apreciación personal es valorable, al decir que esta obra esta mal estructurada (al estar en el piso) ya que pasamos a llevar la majestuosa creatividad que nació de estos internos, lo escultural, lo mágico de nuestra identidad, pasado y todo atribuirlo a una artista. Si el trabajo lo hizo otra persona.
Buen comentario y la crítica constructiva, que apela a una forma digna y solemne de presentar el trabajo que necesariamente hicieron internos y no ella ganandose todas las flores y siendo casi la guinda de la torta. jajaja.

Mak tha...

La situación en que nos pone, es bien interesante. Porque aborda el tema, por una vivencia personal, y eso nos evoca a su personalidad y como ella se enfrenta a su entorno.

El dinamismo que le dio a la crítica tiene connotaciones valorables, que construyen una mirada en sí bastante pasional. Lo cual nos hace parte de su postura, al dejar en claro su investigación con respecto a la obra.

andrés tha...

Didactica forma de apelar al juicio valórico de la obra en su puesta en escena. La relación entre experiencias (Bolivia alfombra; Moneda obra) me parece un buen recurso para introducirnos en tus postulados. Abarcando a la obra no sólo en su estructura sino también en la idea y como ésta fue ejecutada. Comparto plenamente lo conflictivo que puede ser la utilización del suelo como soporte de una obra, ya que como bien dices, la vista es naturalmente hacia adelante fuera de toda retórica y connotación. Sumado al tratmiento e importancia que le otorgamos al suelo y al desdeñoso pasar que debe ser estar privado de libertad.
Por lo mismo la puesta es cruda, sin dejar de ser sincera.

M. tha...

qué buen comienzo. qué buen final. que excelente intermedio. ese contar-decir-explicar-hacer ver-dar a entender(se)- que nos haces ver asi como que no quiere la cosa o como que la cosa en realidad quiere mucho... me hizo leerlo cuatro veces y ahora voy por la quinta.

Carla Garcia tha...

Aparte de capturar una crítica a veces de la obra en si , introduce un tema no menor como es expuesta a quien la aprecia , algo tan fundamental como la distribución de la obra completa , pero lo más importante crea un sello y además profundiza en analizar la obra formando una todo y enriqueciendo el texto parta quien lo lee,

Carla García

VM tha...

Buena entrada. Involucras al lector, convocas a la identificación (muchos nos hemos sentido atribulados por pisar un lindo diseño aunque sea un limpia pies). Pero siento que al final tomas una postura demasiado asistencialista en relación a la función del arte. Creo que el tono irónico que dabas al principio se vio eclipsado por el remate final.