e martë, 29 maj 2007

Trans Pacífico

Kuang-Yu Tsui Kuang-Yu Tsui Trans Pacífico

Apreciaremos cuatro videos, en uno se precia un joven pegándose contra las paredes, ya sean de autos, construcciones etc. En otro vomitará innumerables veces, en otro le tiraran objetos y él describirá que es y por último, en uno que consecuentemente se cambiará de ropa según la condición del lugar. El mismo personaje en los cuatro videos apela al discurso de lo absurdo en el ambiente cotidiano de su ciudad.
En un video que destacaré, vemos al personaje con la vestimenta apropiada para cada lugar u ocasión, simulando ser como el personaje de la brillante película de Woody allen, Zelig. Un hombre camaleón que adopta los patrones físicos y psicológicos para cada ocasión, esta película es fenomenal, característica dada por el humor y la ambientación de los años 40. Aunque nos logra hacer reír esta simple propuesta asiática obviamente es un alcance pequeño y parecido.
El vomitar y todas las absurdas escenas que hace, son para llamar la atención, pero no creo que esta sea la mejor forma de hacer arte, es evidente que la utilización del soporte para crear este sarcástico documental fue útil e idóneo, para que repetidas veces nos termine aturdiendo, ya que la imágenes de TV son un sin número de imágenes, que una tras otra van anulando la precedente, causando la locura casi atrofiada e inducida por el autor. Por no tener un descanso y una pausa, situación que al menos agota a diferencia de las imágenes fotográficas estáticas, que nos incitan a detenernos y contemplar.
El acierto de hacer algo en el campo del arte que altere los patrones de conducta de los humanos, es una novedad desde las improvisadas intervenciones o videos performance que nacieron en los 70. Éstas manifestaciones siempre dan que hablar, ya que el autor siempre vaciará su pasión y locura dentro de la programada sociedad. El desafiar el orden y ver al que lo desafía, es un acto de voyerismo que limíta con nuestras pasiones e impulsos más ocultos ¿quién sabe por qué? Doblarle la mano a la tradición ilustrada de la época y causar un pequeño desorden, es mostrar que aún estamos vivos dentro de este lugar cargado de sin sentido, tan solo para hacer reír o para que miren el absurdo acometido de este asiático. Para llamar la atención a veces debemos hacer cosas ridículas.
Obra dirigida para todos aquellos que ya son parte de las conservadoras y estructuradas sociedades modernas, las ciudades estratificadas y que se van separando con esteriotipos, vestimentas o disfraces para cada lugar y para cada hora.
Cuando la veamos, no esperemos sentir ese placer estético que debe deslumbrarnos de las obras clásicas de la antigüedad. El video está hecho con una producción baja y mínima en donde queda una vez más en evidencia, la característica moderna apresurada, donde pareciera que ya no quedase tiempo para hacer obras magistrales en técnica y forma, aquellas que incitan a mirar una y otra vez, para buscar la interpretación de su contenido. Obra que terminará aburriéndonos, ya que al igual que su protagonista; si la ves una vez está bien, pero si la ves dos y no la entiendes, será como darte golpes en la cabeza, siendo uno mismo el aturdido.

Apreciaremos cuatro videos, en uno se precia un joven pegándose contra las paredes, ya sean de autos, construcciones etc. En otro vomitará innumerables veces, en otro le tiraran objetos y él describirá que es y por último, en uno que consecuentemente se cambiará de ropa según la condición del lugar. El mismo personaje en los cuatro videos apela al discurso de lo absurdo en el ambiente cotidiano de su ciudad.
En un video que destacaré, vemos al personaje con la vestimenta apropiada para cada lugar u ocasión, simulando ser como el personaje de la brillante película de Woody allen, Zelig. Un hombre camaleón que adopta los patrones físicos y psicológicos para cada ocasión, esta película es fenomenal, característica dada por el humor y la ambientación de los años 40. Aunque nos logra hacer reír esta simple propuesta asiática obviamente es un alcance pequeño y parecido.
El vomitar y todas las absurdas escenas que hace, son para llamar la atención, pero no creo que esta sea la mejor forma de hacer arte, es evidente que la utilización del soporte para crear este sarcástico documental fue útil e idóneo, para que repetidas veces nos termine aturdiendo, ya que la imágenes de TV son un sin número de imágenes, que una tras otra van anulando la precedente, causando la locura casi atrofiada e inducida por el autor. Por no tener un descanso y una pausa, situación que al menos agota a diferencia de las imágenes fotográficas estáticas, que nos incitan a detenernos y contemplar.
El acierto de hacer algo en el campo del arte que altere los patrones de conducta de los humanos, es una novedad desde las improvisadas intervenciones o videos performance que nacieron en los 70. Éstas manifestaciones siempre dan que hablar, ya que el autor siempre vaciará su pasión y locura dentro de la programada sociedad. El desafiar el orden y ver al que lo desafía, es un acto de voyerismo que limíta con nuestras pasiones e impulsos más ocultos ¿quién sabe por qué? Doblarle la mano a la tradición ilustrada de la época y causar un pequeño desorden, es mostrar que aún estamos vivos dentro de este lugar cargado de sin sentido, tan solo para hacer reír o para que miren el absurdo acometido de este asiático. Para llamar la atención a veces debemos hacer cosas ridículas.
Obra dirigida para todos aquellos que ya son parte de las conservadoras y estructuradas sociedades modernas, las ciudades estratificadas y que se van separando con esteriotipos, vestimentas o disfraces para cada lugar y para cada hora.
Cuando la veamos, no esperemos sentir ese placer estético que debe deslumbrarnos de las obras clásicas de la antigüedad. El video está hecho con una producción baja y mínima en donde queda una vez más en evidencia, la característica moderna apresurada, donde pareciera que ya no quedase tiempo para hacer obras magistrales en técnica y forma, aquellas que incitan a mirar una y otra vez, para buscar la interpretación de su contenido. Obra que terminará aburriéndonos, ya que al igual que su protagonista; si la ves una vez está bien, pero si la ves dos y no la entiendes, será como darte golpes en la cabeza, siendo uno mismo el aturdido.

3 komente:

Carla Garcia tha...

es obvia la presencia de autor como un personaje innegable del texto crítico , la descripción clara y precisa, también está presente la explicaciòn con unas cuantas gotas de humor con ello cautiva al lector , se realizó un texto que es propio sin alejarse de la temática central que es descubrir al autor del film.

Carla Grarcìa.

M. tha...

tanto lo descrptivo, lo analitico como lo interpretativo están presentes en esta critica, y más aún; tiene esa cuota de reflexión personal en torno a una obra que se agradece.

VM tha...

efectivamente están todos los elementos necesarios para una buena crítica.. pero ay que conservador te muestras a veces DAVID!