e mërkurë, 30 maj 2007

Repujado, de Transpacifico

Yo, en Bolivia me compré una alfombra maravillosa, hecha entera de lana de alpaca, que es un material muy codiciado por los bolivianos y los turistas, por su suavidad, sobretodo. Esta alfombra me costo doscientos bolivianos, que equivale a catorce mil pesos aprox. Y es una alfombra que acá mismo en Chile me costaría sin exagerar al menos ciento cincuenta mil pesos, por lo mismo, porque es de alpaca y su suavidad y el teñido etc.
Lo peor de mi alfombra es que es muy hermosa (llena de patos ordenaditos alineados de fuertes colores, medios geométricos mirando una línea a la izquierda y la otra a la derecha y así sucesivamente durante dos metros por uno setenta.) Como decía, es tan linda que me carga pisarla.
De que &%$*#¨%”# me sirve una alfombra que no quiero pisar!!!
Pero tengo que resignarme y pasarla, mal que mal, esa es su función. Ser pisada y adornar el suelo.
Al igual que la obra de Lucía Egaña. Obra hermosa que se pisa y que permite ser deformada por los zapatos sucios de otras personas. Láminas de cobre cubren el suelo de Palacio de la Moneda. El cobre está en la Moneda. El cobre es la plata de chile, y el cobre fue dado a unos internos de colina uno para esculpirlos con imágenes típicas chilenas y con eso tapizar el suelo de una sala del palacio. Y ser vista y pisada por espectadores con zapatos. Zapatos ojalá sin caca de perro.

La obra de Lucía Egaña. O la obra de los ocho presos que hicieron esta alfombra de cobre. Ya ni siquiera sé quién es el verdadero autor de una obra artística, el que lo hace, como es el caso de los internos, o el que tiene la idea, como Lucía Egaña. El concepto, o la mano de obra.
Este “problema” se ha repetido siempre, a lo largo de todos los tiempos. Siempre el gran creador se sienta a dirigir, como pasa en la arquitectura por ejemplo, el arquitecto dibuja, diseña, pero son los obreros los que levantan la casa. Sin ellos nos hay casa. Esta superproducción de Lucía Egaña, la gran inventora jamás hubiera sido posible sin estos internos buenos para la orfebrería. Es más, esta obra no existiría si estos ocho reos no hubiesen cometido el acto delincuente por el cual han sido privados de su libertad. Y voy más allá todavía, la culpa es de la madres! Porque siempre se culpa a las madres de no haber dado una educación buena a sus hijos y se dice que es por ellas que los hijos caen en las drogas, maltrato y delincuencia, y estos niños, que pasaron hambre, por eso robaban, mientras la mamá se estaba gastando toda la plata que no tenía en la peluquería. Madres chilenas egoístas, siempre pensando en ustedes.

Y así es Chile.

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echinchinerochile.


Se dice que gracias a esto los internos están preparados para readaptarse a nuestra sociedad.
“Estos talleres constituyen una opción real de reinserción laboral para los internos y les permiten contar con herramientas que faciliten su reingreso a la sociedad.”
Cómo, me pregunto yo. ¿Siendo pisoteados? Sé que suena retrógrado de mi parte, pero no puede ser que la manera de reintegrarse sea a través de las pisadas de los otros. Qué seguridad puede brindar eso.
Sé que esto es metafórico por todos lo elementos que hay en juego: “En este caso, hay muchos temas que se están relacionando, uno es el cobre, que es el sueldo de Chile, que es lo que produce y que hoy Chile tenga un excedente de plata que no sabe qué hacer con ella; está la artesanía, están los símbolos de la iconografía nacional; está el espacio dónde se exhibe, que es La Moneda, está el trabajo de la gente que está privada de la libertad. Son muchos elementos que se van superponiendo y que van conformando un sentido general”, explica la artista Lucía Egaña.
Pero decir que es una opción real de reinserción laboral lo encuentro mucho, es decir, ojalá todos los presos del mundo puedan reintegrarse en sus sociedades respectivas y sean aceptados por la gente libre, que muchas veces les teme obviamente.
Mas mi punto es que todo funciona simbólicamente, aunque sea sin darnos cuenta, todo el tiempo usamos símbolos como nuestro idioma, o nuestra gesticulación o los signos del tránsito etc.

Y hacer una gran alfombra de cobre ensamblada de planchas repujadas con íconos populares hechas por internos de la penitenciaría colina uno, y que ésta sea pisada con el fin de deformar, simbólicamente la identidad nacional, me parece duro.
Porque para mi, no fue sentir la deformación de la identidad nacional, fue pisotear la obra de una persona privada de libertad y que busca por todos los medios ser reaceptado. Y pisar, ensuciar y deformar la obra de éstos presos me da la sensación de pisarlos, ensuciarlos y deformarlos a ellos, simbólicamente.
Todo funciona tan armónico en esto, todos los conceptos: el cobre, los presos, los íconos, la Moneda, etc. Yo lo único que reprocho es el final. Que estén el suelo. Podrían haber estado en las paredes, y te hubiera envuelto por todos lados la sensación de salir adelante, mirar hacia adelante. Mirar las obras de frente y para arriba; no hacia abajo, hacia los zapatos.
Como el caso de mi alfombra: es una obra de arte hecha por una artesana boliviana. Pero es una alfombra, se dobla, se pisa y calienta los pies con su lana de alpaca.
El cobre es frío.


Francisca Cheyre


Gondry

Varios críticos calificaron a Eterno resplandor de una mente sin recuerdos como una “comedia romántica” original. Cuesta entender esta consideración cuando el guión de Charlie Kaufman -nominado al Oscar por Ladrón de orquídeas y reconocido por Quieres ser John Malkovich?-
va mucho más allá, con un planteo filosófico sobre conceptos tan complejos como el amor, el tiempo y la propia existencia Lejos de apostar al tono de comedia, el director francés Michel Gondry elige un estilo surrealista que aborda el drama de Joel Barish, obsesionado con la idea de borrar de su mente todo recuerdo que lo ate a su ex novia.

Para ello, recurre a una suerte de tratamiento médico, por momentos parecido al electroshock, cuya puesta en marcha hará que el personaje termine debatiéndose entre la
necesidad de olvidar (para ponerles fin a su despecho) y la voluntad de aferrarse a su experiencia de vida.

Desde el punto de vista formal, la película rompe con la cronología
convencional y, en cambio, apuesta a un relato fragmentado y circular a la vez. En este sentido, seguramente también recordará otras películas como la innovadora Memento o Irreversible que también se caracterizan por “deconstruir” -más que “construir”- una historia.

Tal vez por esta característica Eterno resplandor…sea un film intelectual antes que emocional.

No obstante, la película de Charlie Kaufman y Michel Gondry no deja de
conmover. Al contrario, uno queda impactado después de verla, como si
efectivamente hubiera recorrido los laberintos de la mente humana cuando
intenta olvidar o ignorar la amargura del desamor. Tristeza, desazón,
fatiga son algunas de las sensaciones registradas.

Sensaciones que, después de todo, nos mantienen vivos y alejados de aquel eterno resplandor propio de una mente sin recuerdos.

Por otro lado La Ciencia del Sueño esta hecha de cosas raras, pero reales de todos los días. Michel Gondry tiene la gran sensibilidad para encontrar estas cosas fantásticas y luego entretejerlas en una narrativa que va entre lo real y lo soñado sin hacer mucha diferencia. ¿Cuándo es un sueño y cuándo la vida misma parece una pesadilla?

La ciencia del sueño es una reflexión muy adulta, en tono lúdico, infantil a veces, sobre la comunicación humana. Justo lo contrario a Eternal sunshine donde lo que hacia reflexiónar no era la imaginación sino la memoria, su catarsis. En la narrativa de este filme no todo es perfectamente claro, ni claramente necesario, pero funciona.
Al protagonista sus sueños se le presentan como si fuera su propio programa de televisión, “Stephan TV”. Aún así, ni los sueños ni la realidad llegan a ser lo que él querría.
La Ciencia del Sueño tiene una magia muy personal, no se parece a ninguna otra cosa. Seduce con sus peculiaridades que no son perfectas y sus experimentos de una narrativa más bien emocional. Una alegre tragedia que es toda una experiencia para los sentidos.

Nadie espere un derroche de humor: no es esto lo que pretende el francés Gondry.

e martë, 29 maj 2007

Sanghee Song, “Gesture to be a good Daughter”, 2001.


La obra de esta artista coreana se basa explícitamente en la ironía. En esta serie de fotografías, la autora indica cual es la mejor postura para que una mujer de bien, sepa como sentarse, como una forma de convertirse entre otras cosas; en una buena hija.
Las fotografías están dispuestas en formatos horizontales, donde a la izquierda está ubicada la fotografía de una mujer “bien sentada”. Piernas juntas, falda que tape la rodilla, manos entrelazadas sobre las rodillas que apuntan hacia un lado, espalda derecha, mirando hacia el frente; esta mujer fotografiada está sentada sobre un water. A su derecha, una serie de dibujos, fotografías y textos a modo de explicación unen las imágenes entre si, para luego llegar al dibujo que la autora ha realizado en base a la fotografía, ésta vez la mujer está sentada sobre una silla.
Su rostro es de absoluta complacencia.
Otra de las fotografías, intenta explicar la posición exacta de como atender. Un sillón ocre está tranquilo a la espera de la mujer coreana que esta vez lleva un periódico a alguien imaginario que está sentado. La misma vestimenta, la espalda se agacha lo suficiente como para entregar el periódico pero mantenerse al mismo tiempo a una distancia justa entre ella y la persona que lo recibirá. A su derecha, los dibujos esta vez explican las formas de tomar el periódico, la postura de los dedos sobre el papel, la distancia entre una mano y otra. Además de dos pequeños dibujos de una mujer encuclillada con una posición totalmente oriental, que está envuelta en una tela blanca que a su vez, está firmemente amarrada a su cuerpo. Manos juntas, rodillas juntas. Espalda semi curva. Cabeza baja.
En el lugar también se encuentra una silla de acero, que afirma ser el objeto que indica la postura apropiada para sentarse bien.
Esta silla, más que una cómoda silla para sentarse y descansar parece; por lo frío y prolijo del acero, una silla de tortura. Donde cualquier posición para sentarse que pueda realizarse sobre ella, siempre indicará una absoluta incomodidad, pero que sin embargo asegura una posición rígida y “armónica”. Al igual que las posiciones para sentarse o para atender, son imágenes ya conocidas de la cultura oriental, donde se sabe que las geishas a partir del siglo XVIII eran bastante comunes, siendo conocidas como profesionales del entretenimiento, usando sus habilidades en las artes japonesas como la música, el baile o la narración, como también trabajar en forma independiente en los llamados “barrios de placer”. Para ser geisha, se debía pasar por un entrenamiento desde pequeñas para perfeccionarse en realizar trabajos hogareños y así, asistir de la forma más profesional a su maestro, llegando a convertirse en uno de ellos.
El entrenamiento para ser buena hija o buena ama de casa, incluye entonces conocer los modos de actuar, de sentarse y de dar la mejor atención. Aquí veo el paralelo entre el ser una geisha y ser una coreana en la actualidad, o incluso: ser una mujer dentro de una sociedad oriental. La geisha adquirió con los años toda una connotación sexual que está ligada a la sumisión, al placer del esclavo versus amo, donde el poder está ligado al deseo. En la obra de Sanghee Song, la sumisión de la mujer coreana es un juego doble. Da cuenta del machismo oriental, de la posición de ama de casa que una mujer debe adquirir por defecto, y de cómo a larga, la costumbre es tal, que ésta posición sumisa llega a gustar, a parecer cómoda y simple de realizar, hasta el punto de que efectivamente muchas coreanas quieran ser buenas hijas, buenas esposas y por supuesto, buenas madres que darán el mismo y mejor ejemplo a la generación de mujeres que le sigan, haciendo de esta costumbre una obsesión femenina.
Ser una mujer de bien y además parecerlo, en el caso de la autora, está unido a cierta esclavitud, a las camisas de fuerza, a correctores de posiciones que se asemejan a aparatos ortopédicos, donde el cuerpo se vuelve un objeto a contemplar y a usar por el espectador, maestro, esposo o padre. Se sabe que las mujeres orientales tienen prohibido mostrar públicamente el vello púbico, y en estas fotografías todas las mujeres están totalmente cubiertas, despojadas de cualquier imagen evidente de sensualidad, puesto que lo sensual no está en la imagen sino en la acción. En el ofrecimiento, en la ofrenda o el rito, todo a través de vestimentas o utensilios que ayuden al perfeccionamiento de una posición necesaria para convertirse en una excelente geisha, en una adorable ama de casa, en una mujer que existe para atender al otro (en cierta forma, darle placer) con requerimientos tan básicos como mantenerse erguida al estar sentada, mostrase señorita e implacable.
Todo manual es explicativo, es así como la autora además de las fotografías y los dibujos incluye textos que dan a entender de manera simple cual es el uso de los objetos y para qué están ahí, explicando como a través de su buen uso es posible conseguir efectos complacientes para los usuarios.
La autora no cuenta ninguna historia nueva, sin embargo a través de la ironía de “todas queremos ser buenas mujeres”, nos muestra como funciona su cultura, como la gran cantidad de restricciones culturales en Oriente han hecho de las mujeres objetos fetiches a través de la vestimenta, del peinado, el maquillaje y los utensilios. Y de cómo éstos mismos dependiendo del uso que se les de, le otorgan a las mujeres un ideal de sumisión que le dan categorías de deseo, de ser codiciadas, entregando a cambio la perfección de la obediencia, donde ser un objeto deseable es un fin que justifica todo estudio y sumisión. En una cultura y sociedad oriental, una mujer que entrega rituales en casos extremos y a partir de lo cotidiano, está generando y promoviendo el placer y el deseo, una especie de catálogo que especifica un ideal, donde esta mujer como objeto es el modelo a seguir, un modelo que le otorga poder y un frenético deseo de ser codiciadas a través del servicio, donde queda demostrado que los orientales generan la seducción como aquello que desplaza lo explicitamente sexual a un devenir de minuciosas actitudes y modos de frenar en la mujer cualquier posibilidad de ser su sexo, que queda evidenciado en el trabajo de la autora en esa negación de la sexualidad en la mujer oriental.

La critica del arte.

La forma en que entendemos las cosas, me refiero a todas las cosas, siempre tiene algo de subjetividad, desde la idea simple de un color, algo abstracto que solo uno ve por si mismo y como sensación es intransferible hasta el mas grande y profundo cuadro de Picasso y sus múltiples interpretaciones provenientes de lo mas profundo de nuestra psique.

Es así como desde que el hombre a dedicado su espíritu a la creación, inclusive llegando a creer en un solo creador, a tenido o mejor dicho a tendido a necesitar la respuesta a la pregunta necesariamente recurrente sobre que ahí detrás de las cosas, que es lo que esa cosa hace que me interese, necesitamos respuestas que de alguna forma nos tranquilice ante el no conocimiento y peor aun el no intento personal y autónomo de entender (Necesitamos escuelas),de comprender a lo que nos enfrentamos, esa facultad que por ejemplo tubo la religión en épocas antiguas, donde la respuesta que todos necesitaban (y necesitan) se encontraba en la imagen omnipotente, peor aun en los que representan desde su verdad subjetiva lo que esta omnipotencia creen es y lo que este desearía.

El Hombre por una extraña razón, lejos de mi entendimiento citadino nebuloso, siempre a necesitado las respuestas antes de indagar en si mismo y lo que lo rodea, sin buscar verdades que nazcan desde uno mismo, es algo patológico según mi parecer, se padece de una suerte de “necesitus la respuesta!!!”, donde sin excepción alguna caemos todos en un contagio global (debo reconocer no entender ni un cuarto de las ideologías de todos los pueblos originarios del mundo.), que nos pide como remedio y nunca cura la respuesta en otro. Son muy pocos los que de alguna forma, realmente, buscan el conocimiento y por ende entendimiento de las cosas, desde la lectura y compresión de textos de conocimiento, hasta el conocimiento vivencial de las cosas, vivir y comprender desde la propia experiencia, en definitiva creo que todos concordaremos o muchos por lo menos, en que son solo algunos, mentes despiertas por su propia gracia, y el resto nos quedamos aquí esperando la gracia, seguramente hasta el ultimo de nuestros días, quizás los mas osados y audaces buscaran por medios propios el conocimiento, descubrir y entender desde la propia verdad, sin buscar respuestas en otros (subjetivos).

Es desde aquí donde creo nace esta necesidad de tener interpretadores de las cosas, tan antiguos como un monje o cura, que nos habla de verdades incuestionables en el medio evo, hasta una simple y bastarda publicidad contemporánea que nos dice que tan magnifico es lo que deberíamos comprar (o no?). Interpretadores que de alguna forma están dando a conocer esa verdad escondida que no leemos, que se encuentra lejos de nuestra interpretación y conocimiento, que siempre serán aceptados porque se les “necesita”.

Ahora, después de todo lo descrito arbitraria y “patudamente” desde mi mas inclemente comentario sobre lo tontos que sonamos, es necesario hacer la pregunta, ¿Es el critico uno de estos subjetivos interpretadores? La verdad es que tiendo a responderme que si, creo que es el creador del valor sobre una obra, una suerte de tasador de propiedades pero en el arte. Es alguien que de forma deliberada, fuera de todo tipo de objetividad por estar hablando de arte en el caso del crítico de arte, donde todo lo que el podría decirnos es que le párese la obra pero nunca jamás podría dar un juicio de valor (y lo hacen), entabla “conversaciones” con al obra y como si por arte de magia esta fuera ,a través de su conocimiento que aunque sea muy amplio no es absoluto ni objetivo en el caso del arte, diciéndole al oído que es lo que quiere representar y donde radica su buena o mala valoración (ya no estamos en la época del salón de arte, por favor !!!! Duchamp).

Es así como podría de alguna forma terminar mi texto y desplumar gratuita y infantilmente una disciplina que a existido durante años y donde seguramente entran personas con muchísimo mas conocimiento sobre arte que yo, y aunque e de decirles a ellos que no me importa porque lo que entiendo del arte yo es maravilloso, debo darles mis respetos y proponer una tregua (momentánea), con los críticos que dan sus juicios de valor tan fehacientemente sobre una obra, y entablo la siguiente conversación sincera sobre porque han de estar los críticos aquí (hemos, sobretodo después de criticar la critica).

¿Es la crítica una charla?, yo diría que si, es una charla a medias ya que propongo establecer la critica como una pregunta al que la lee, como si en una charla holgada sobre unos vasos con mucho hielo y un gran Whiskey, alguien propusiera su verdad en espera de la verdad del otro, es la explosión narrativa/creativa sobre una pregunta llamada obra. Que como toda explosión suele expandirse más de la cuenta, sin encontrar barreras a su propia difusa y momentánea expansión, momentánea y por ende subjetiva y arraigada en el momento, lejos de ser una verdad absoluta sobre lo que incluso puede pensar el mismo critico, siendo esta susceptible a la vida como todos y por ende metamorfosear en esta como cualquier animal, cambiando sus ideales y creencias, cambiando incluso su propio discurso idealizado durante los años restregados en este globo metamórfico. //Metamorfosis: Transformación de algo en otra cosa.//

Es la obra crítica una conversación a gritos delicados, donde es necesario gritar más fuerte con conocimiento y estudio, con entrega y dedicación, para con esto conversar de manera adecuada, profunda, lejos de la descortesía de hablar sin argumentos con el receptor del mensaje, al lector, que en definitiva es un espectador de esta obra, obra que por de alguna forma dedicarse a criticar obras deberíamos pedirle que fuese también una obra y no un texto mas como si por ejemplo un fotógrafo no editara y diera lo mejor de el ante un posible exposición de su trabajo, o como si de un pintor no exigiéramos exquisitez en su trabajo mediante la dedicación del pintor.

De manera definitiva entablo la crítica en parámetros de conversación, aunque en rigor no lo sea, por lo que la postulo en una conversación a medias, y como tal es rica y por sobretodo enriquece el alma y la mente, por lo que es completamente valida al momento de verse de esta forma, ahora aquel critico que señale que la expresión critica suya es contemplativa y por ende objetiva y absoluta, e de contarle al oído que no critica y esperar su son rojo, para quitárselo con una idiotez que lo descalibre desde su contemplación descriptiva y por ende cerrada y bacía. ¿Que busco con esto?, decirles que no creo que la critica dependa de la obra sino del afán de criticar y entablar la conversación, de buscar le porque y profundizar en temas como en cualquier conversación que desee continuar, porque si algo tiene la critica es eso, una conversación que no a de terminar nunca, por lo menos en este mundo como lo conozco, y como pide a gritos respuestas.

PD: Si la critica fuera mi trabajo lo pierdo mañana, no me gusta criticar arte porque no se criticarlo, solo lo comprendo, para mi no es necesario ningún critico al momento de ver una obra, solo por curiosidad de saber que piensa otro o que es lo que me quiere decir, es por que leo criticas y porque soy parte de esto.

Francisco Reed

“Invención y Travesía” obras de Claudio Girola

La propuesta de instalación plantea un recorrido dentro de un espacio en el cual las obras son el límite que direccionan los movimientos de traslado. Es un “habitar la obra” que se inicia desde afuera, a partir de los vacíos centrales en los muros representando una obra que funciona como vano que deja entrar a la visión, absorbiendo la profundidad. El ingreso es sugerido por dos vanos verticales ubicados en los extremos. El espacio son dos estancias donde los muros intervenidos por fotografías de diferentes actividades y exposiciones significativas, narran la biografía del autor. No esta demás decir que la exposición es un homenaje a Claudio Girola, en donde las obras están contenidas por las experiencias representativas del escultor argentino.

La “Invención y Travesía”; relación escultórica, dibujante y espacial de la abstracción arquitectónica en sus maneras de abarcar el desarrollo de la obra naciente, pide al observador la capacidad de transgredir a la materialidad visible, sumergiéndolo en las múltiples posibilidades invisibles de prolongación; construcción subjetiva de las opciones de perspectiva. Al introducirse en las “fotografías murales”, la faceta docente del artista me conduce a tiempos de vanguardia, tiempos en donde Gropius manifestaba la necesidad de unificar a los artesanos y artistas en un mismo espacio creativo, utilizar el arte como instrumento de creación conceptual y estético. Pero claro está que en una Neobarroca Bauhaus, sus pares serían Miró, Picasso o Frank Gehry. La correlación creativa con éstos es ineludible y tangible en sus pinturas y dibujos, así como también en las tensiones físicas y sensoriales en sus esculturas que nacen de la relación de los materiales utilizados y su tratamiento. Crea recorridos y abstracciones que siempre suscitan a conceptos que se asocian a la espacialidad.

Deteniéndome en el tratamiento de los materiales, la yuxtaposición entre metales y cubos de mármol arman una coexistencia en tensión y en equilibrio, proponiendo a su vez la revisión de un concepto clásico en la escultura, el pedestal. Es como si refutara la falta de integridad de la base, negando al pedestal en su simple función y, otorgándole un rol protagónico en la obra.

Exposición Trans Pacífico
Kan Xuan
“Finally”, 2002, video, 5:35 min


En Asia el mundo de la tecnología y el comercio ha ido avanzando a grandes pasos y el arte no se queda atrás. En la exposición Transpacífico, podemos ver como confluyen artistas chilenos y asiáticos, de uno y otro lado del pacífico, como un punto de encuentro de dos culturas. Es aquí que con variados videos-performance, destaca Kan Xuan. Esta artista, de origen chino, trabaja a través de imágenes directas y sencillas, logrando proponer un lenguaje visual de gran impacto. Xuan, utiliza el humor, la ligereza junto con una gran ironía y puestas en escenas dramáticas.

Este es el caso de su video “Finalmente” (2002) de 5:35 minutos, en el cual muestra a la misma artista cocinando, haciendo una masa. Una vez hecha, se la come entera, pero no tragándola en verdad, solo la mastica y luego la devuelve a la olla. Con los restos masticados vuelve a cocinar y hace otra masa, esta vez una bola. Se la come otra vez pero devolviéndola a la olla otra vez. Con los restos, esta vez más líquidos, hace como una sopa, la cual “finalmente” traga.

Trabajar en vídeo es una ventaja, porque es un soporte económico y de resultados veloces. Muy utilizado dentro del arte contemporáneo, por ser accesible, multifacético y portátil, quizás es un hecho que pone en evidencia los tiempos duros que atraviesan muchos artistas, pero el formato les permite trabajar sin renunciar a la creatividad, muchas veces limitada por los altos costos de otras expresiones artísticas. Ya no vemos obras estéticamente bellas y clásicas, como antes, sino que ahora vemos medios diferentes y más efectivos. Es así el caso de Xuan, que nos muestra imágenes claras y crudas, pero a la vez sencillas e impactantes, expresando su deseo de un entendimiento de la vida y lo que nos rodea. Simple y original nos muestra como la afecta personalmente, por eso es ella misma quien protagoniza. Posee una imaginación sobresaliente que juega con los sentidos, para mostrarnos hechos e inquietudes sobre la existencia.

Aunque su puesta en escena no es nueva, ya que se viene haciendo desde los años 70, a través de su mirada traviesa y femenina, hay una narración básica emparejada con una mirada incisiva y mordaz. Tomando posición en contra de diferencias personales y condiciones sociales. Su historia resulta novedosa y divertida (una vez que se mira más allá de lo grotesco), quizás provocando una mueca en el espectador, ya sea de disgusto o de asombro, compuesta para ser visualmente irritante. Pero al mismo tiempo hace un alcance de problemas subterráneos y desagradables, que no dan una respuesta a ello, sino que ella solo cuenta esta historia, más allá de lo evidente, con una mirada personal y humana. Sin duda, es chocante y de mal gusto, pero creo que esa es su intención, despertarnos, remecernos y hacernos mirar a la fuerza su planteamiento y sin duda lo logra, ya que no podemos dejar de mirar.

Su video-performance resalta temas sobre la individualidad. Sobre procesos de cambio, transformación y evolución. Una visión pesimista sería pensar que es sobre la problemática de la pérdida de individualidad en China, su país natal, debido a su pensamiento comunista. O quizás es una respuesta al proceso donde de a poco va avanzando hacia una mejor economía y libertad de pensamiento. Aunque esa transformación sea lenta y difícil; y quizás más lejana que próxima. Cualquiera que sea es una visión que creo es necesaria desenvolver y lidiar, para hacernos participes de su mundo.

Y a mi parecer, esto es lo que logra esta obra y también esta exposición, mostrarnos una mirada diferente de ver las cosas, un discurso intimo, pero a la vez lúdico de como es la realidad y pensamiento oriental, tan distante para nosotros, pero unidos y conectados por el arte como si fuera un puente contra la distancia, donde podemos intercambiar ideas y visiones. Y la video-performance como material de traducción. Un lenguaje universal para todos.

Artista: Tamara Grcic

"Sin titulo, Nueva York 1995"

1995

Dentro del marco de la exposición “Más de lo que los ojos pueden ver” del Museo de Artes Visuales (mavi), que consta de un grupo de fotógrafos, todos parte del “Arte Fotográfico de la colección Deutsche Bank”, donde Tamara Grcic, nacida en Alemania 1964 en Manchen, nos presenta un trabajo fotográfico, netamente autoral, donde lo cotidiano, lo natural, el deterioro son los componentes de cada una de las fotografías (6 de ellas, el trabajo original consta de 12).

Las imágenes en general son una suerte de bodegón o naturaleza muerta, donde la artista dispone de elementos, como verduras (lechugas por ejemplo) en deterioro, unos guantes, telas, ropa, en fin elementos del cotidiano, que perfectamente encajan dentro una cocina comun y corriente, utilizando la fotografía color para dar forma a su trabajo, en copias fotográficas en c-print de tamaño medio, dispuestas de tal forma que cada una de estas entabla directa relación con el resto.

Es así como la artista, a través de la utilización de recursos fotográficos como son la profundidad de campo y el color, nos presenta un trabajo de carácter personal y muy subjetivo, donde el mensaje es disperso, pero profundo, donde los elementos son de gran importancia, cada uno de estos integrando el todo, donde cada uno de estos tiene su propia importancia en al composición caótica con la que la artista busca entregar este mensaje, composición que como anteriormente he mencionado posee la impronta de un bodegón moderno. Cada uno de los elementos son incluidos con un sentido, sentido que por muy subjetivo y casi abstracto si queremos, nos habla de momentos profundos, de ideales personales, de la vida y mundo privado que cada uno podría tener.

Es cierto, al memento de apreciar con detención este trabajo, de inmediato me inundó una sensación de privacidad violada, como si ella quisiese mostrarnos su mundo a través de este espectáculo de cotidianidad. Cotidianidad caótica, cotidianidad compuesta de elementos deteriorados que hablan de una profundidad del mensaje mas aya de lo visto primariamente. Nos dispone dentro de su mundo interior, dentro de su caos, pero de manera simple y utilizando elementos cotidianos con lo que integra un mundo complejo y casi descriptivo de su propia vida. Vida que se descompone y compone de elementos naturales y cotidianos, utilizando la naturaleza para demostrar este deterioro imposible de detener y al cual debemos poner atención. En definitiva un trabajo complejo en su mensaje pero que se nos hace accesible a través de la cotidianidad que este posee.

La manera en que este vivido y privado trabajo nos ayuda a llegar al mensaje, es a través de la utilización de elementos técnicos, elementos técnicos que a primera vista podemos notar que han de tener un como y por sobre todo un porque. Es por ejemplo la profundidad de campo uno de los elementos técnicos utilizados y encargados de dar realce al concepto de deterioro y paso del tiempo que la artista quiere dar a conocer, es así como en casi todas las imágenes el foco esta en las verduras deterioradas o elementos que hablan de un desgaste dando énfasis en ellas y quitando importancia con una muy baja y casi nula profundidad de campo y definición en el resto de los elementos componentes de la imagen y el mensaje. Es como si la artista postulara su visión del deterioro sin olvidar lo real y por sobretodo personal de este concepto, acompañándolo con estos elementos cotidianos partes de una posible cocina, pero sin que estos anulen o molesten a la idea central.

Es así como Grcic nos conversa sobre su visión de deterioro, es así como Grcic nos cuenta su verdad dolorosa, su sensación seguramente profunda y real de desgaste y deterioro, de paso del tiempo y la vejes, casi como desnudando su mente y alma al publico y contándonos como la vida pasa por ella y como es que ella la cuestiona y por sobretodo como la enfrenta.

Esto es algo que se manifiesta en algunos autores solamente, esta sensación de ver el mundo interior a través de las fotografías, y no me refiero a la capacidad de hablar sobre algún tema o concepto en específico, eso es algo que todo fotógrafo debería tener dentro de sus posibilidades, me refiero que a través de un tema el o la artista se muestre aunque sea en parte al publico, donde notemos que nos habla desde su visceralidad, de su existir, de sus vivencias, de su privacidad, en definitiva de su verdad personal y única.

Es algo que realmente se agradece y que da una gran calidad en todo sentido a un trabajo autoral como es el de Grcic, donde necesitamos como espectadores un cierto compromiso del autor para así acceder a su verdad como si esta lo fuera realmente y no solo fuera un concepto utilizado para ser publicado, algo que siento en lo personal pasa mucho. Pero ¿por que no? podríamos preguntarnos, y la respuesta es clara, el artista es uno de los pocos que puede de verdad hacer lo que guste y crear sin ningún tipo de restricciones, aunque el trabajo encontré su verdad fuera del artista, eso es tema del mismo, pero no podemos negar que un artista comprometido con su mundo y su vida, siempre se nota entre el resto y por sobretodo encuentra en su arte un dialecto único y personal con el cual revelar conceptos que para todos existen pero que solo el puede exponer y presentar de esa forma y no otra.

Es Gric una artista digna de ser observada, su profundidad adentra en sensaciones muy intimas y grita a los vientos que ella es parte del mundo, de la vida y que por sobretodo la siente y vive.

Francisco Reed A.


Crítica
Centro Cultural la Moneda
Exposición “Trans Pacífico”
Young-Hae Chang y Marc Voge, “Cunnilingus en Corea del Norte”.


Desplegados intermitentemente sobre una pared blanca carente de insignias y de marcos, se advierten delirantemente los textos confusos y acelerados de Young-Hae Chang y Marc Voge con su obra “Cunnilingus en Corea del Norte”. Trabajo que se inscribe en una serie de mayor envergadura y de innumerables frases políticas y visuales, que confluyen en la propuesta “Young-Hae Industrias pesadas”.

Al advertir la insistencia de este montaje, (aquellas frases obtusas, cambiantes, un inagotable parpadeo pirotécnico y la agilidad de las letras conjuntas), principalmente lo que más llama la atención, es la imposibilidad, que, en su justa medida, implica la obra en su totalidad. No hablo de que la obra en sí misma sea imposible, sino, a que esencialmente el texto es y se construye para ser leído, y en este montaje el texto es y está construido para ser no leído (o como mínimo para que sea considerablemente complejo). En esta simple presentación de las partes, el texto se muestra como imprescindible, en tanto sin él no existe obra, lo que resulta completamente complejo, cuando pasados unos minutos, te das cuenta que la mayoría de éste no ha sido posible de leer.

Podríamos decir que en este intento y por la experiencia que debemos como espectadores, en ella se apela a una lectura intuitiva y no literal (como cuando nos presentan una serie de frases mal escritas y aun cuando literalmente no funciones, si se respeta un par de sílabas, somos capaces de reordenar visualmente la palabra y otorgarle el sentido correcto). Es interesante pensar que en aquel intento por despistarnos del contenido del texto, reaparezca el valor de lo que implica solo la imagen de lo que presentan. Esto implicaría que el saber de aquello no sólo deviene de lo contenido, sino también de lo que simplemente se representa, una especie de demostración formal del objeto.

Pero sin lugar a duda que esto no es sólo una reivindicación de lo visual (si McLuhan estuviese vivo para ver esto!), ya que cuando logramos integrarnos en este juego ansioso y verborreico, se desviste un sin número de acciones en el meneo incauto de estas frases al son de alguna canción de moda. En ellas se intensifica el valor de lo simbólico, pretendiendo aquello que está en la dermis del lenguaje, de lo que se quiere comunicar. Desde este lugar, podemos hacer uso de aquello que McLuhan quiso comunicar cuando dice: “El medio es el mensaje (masaje)”(1) y sobre ello aclarar que en la utilización de las herramientas del lenguaje, muchas veces la herramienta es un medio que comunica y advierte sobre el contenido, de tal modo que cuando se presenta un texto ilegible debido a la exacerbación de su forma expresiva, existe en aquel un medio que se instala como tal, y no sólo como una herramienta para comunicar, cuestión que si logramos advertirla, nuestro modo de percibir se ve transformado.

Desde este lugar, y con las mismas condiciones originales, existe un contenido bajo este texto delirante e histérico. Puede significar un tiempo distinto al de todos los que participamos de esta expresión, una realidad dispersa y distante, pero en este texto se utilizan palabras que de manera muy ligera y acelerada, nos ayudan a capar algunas ideas fugaces de él. No hay en el mayor contenido, ni tratados históricos, hay crítica por comparación, hay política por exclusión, cuestiones que no necesariamente deben estar todas en nuestro imaginario o conocimiento social.

Pero ello no es totalmente necesario, pues se apela al sentido común y a la conformación de un criterio particular -no es necesario saber el significado de la palabra Cunnilingus, cuando constantemente aparece la palabra sexo; no es completamente relevante conocer la condición política de Corea del Norte o Corea del Sur, si durante la proyección del texto aparecen frases alegóricas y peyorativas hacia la condición capitalista o el estado comunista. Nociones como igualdad o desigualdad sexual, que finalmente no se explican, se viven-. Las críticas principalmente están siendo guiadas por lo visual y auditivo, el sentido de las palabras pasan a ser un accesorio que resulta significativo en la valoración y conformación de la imagen general.

En este sentido, creo esencial comprender la noción de McLuhan, ya que sobre ella se explica lo innecesario (o lo accesorio) del contenido en esta obra. Quizás la existencia de esto implica el ejercicio de reconocimiento (que podríamos identificar en bastantes obras), una especie de coordenada que nos ayuda a comprender desde donde viene este montaje, el lugar al que remite y su necesario contexto para la construcción de obra. Directrices que nos ponen límites e identifican el campo cultural, al menos en esta obra, cuestión que no es tan esencial, al haber presenciado otras obras de los autores, en las cuales se tocan temas que no están necesariamente ligados a la realidad cultural o diferencia socio históricas.

Por ello y para ello acontece una simbiosis entre sus partes, entre texto, audio, forma y la estructura en la que se desempeñan, y por supuesto el contenido que, ante su insolente absurdo, nos deja perplejos y animados, atentos a lo que se moviliza y simula la reivindicación de algo, de lo que en definitiva se levantará ante nosotros y se identificara como un todo. La relevancia de este tipo de obras está en la extrema ejecución del medio, en la exacerbación inclinada y el gesto político que se alcanza a identificar en el contenido, para prolongar la estancia y la permanencia, la insistencia de lo que realmente sostiene y comunica. El texto.

(1) Marshall McLuhan: “El Medio es el Masaje”, Editorial Paidós, Barcelona 1988.

Trans Pacífico

Kuang-Yu Tsui Kuang-Yu Tsui Trans Pacífico

Apreciaremos cuatro videos, en uno se precia un joven pegándose contra las paredes, ya sean de autos, construcciones etc. En otro vomitará innumerables veces, en otro le tiraran objetos y él describirá que es y por último, en uno que consecuentemente se cambiará de ropa según la condición del lugar. El mismo personaje en los cuatro videos apela al discurso de lo absurdo en el ambiente cotidiano de su ciudad.
En un video que destacaré, vemos al personaje con la vestimenta apropiada para cada lugar u ocasión, simulando ser como el personaje de la brillante película de Woody allen, Zelig. Un hombre camaleón que adopta los patrones físicos y psicológicos para cada ocasión, esta película es fenomenal, característica dada por el humor y la ambientación de los años 40. Aunque nos logra hacer reír esta simple propuesta asiática obviamente es un alcance pequeño y parecido.
El vomitar y todas las absurdas escenas que hace, son para llamar la atención, pero no creo que esta sea la mejor forma de hacer arte, es evidente que la utilización del soporte para crear este sarcástico documental fue útil e idóneo, para que repetidas veces nos termine aturdiendo, ya que la imágenes de TV son un sin número de imágenes, que una tras otra van anulando la precedente, causando la locura casi atrofiada e inducida por el autor. Por no tener un descanso y una pausa, situación que al menos agota a diferencia de las imágenes fotográficas estáticas, que nos incitan a detenernos y contemplar.
El acierto de hacer algo en el campo del arte que altere los patrones de conducta de los humanos, es una novedad desde las improvisadas intervenciones o videos performance que nacieron en los 70. Éstas manifestaciones siempre dan que hablar, ya que el autor siempre vaciará su pasión y locura dentro de la programada sociedad. El desafiar el orden y ver al que lo desafía, es un acto de voyerismo que limíta con nuestras pasiones e impulsos más ocultos ¿quién sabe por qué? Doblarle la mano a la tradición ilustrada de la época y causar un pequeño desorden, es mostrar que aún estamos vivos dentro de este lugar cargado de sin sentido, tan solo para hacer reír o para que miren el absurdo acometido de este asiático. Para llamar la atención a veces debemos hacer cosas ridículas.
Obra dirigida para todos aquellos que ya son parte de las conservadoras y estructuradas sociedades modernas, las ciudades estratificadas y que se van separando con esteriotipos, vestimentas o disfraces para cada lugar y para cada hora.
Cuando la veamos, no esperemos sentir ese placer estético que debe deslumbrarnos de las obras clásicas de la antigüedad. El video está hecho con una producción baja y mínima en donde queda una vez más en evidencia, la característica moderna apresurada, donde pareciera que ya no quedase tiempo para hacer obras magistrales en técnica y forma, aquellas que incitan a mirar una y otra vez, para buscar la interpretación de su contenido. Obra que terminará aburriéndonos, ya que al igual que su protagonista; si la ves una vez está bien, pero si la ves dos y no la entiendes, será como darte golpes en la cabeza, siendo uno mismo el aturdido.

Apreciaremos cuatro videos, en uno se precia un joven pegándose contra las paredes, ya sean de autos, construcciones etc. En otro vomitará innumerables veces, en otro le tiraran objetos y él describirá que es y por último, en uno que consecuentemente se cambiará de ropa según la condición del lugar. El mismo personaje en los cuatro videos apela al discurso de lo absurdo en el ambiente cotidiano de su ciudad.
En un video que destacaré, vemos al personaje con la vestimenta apropiada para cada lugar u ocasión, simulando ser como el personaje de la brillante película de Woody allen, Zelig. Un hombre camaleón que adopta los patrones físicos y psicológicos para cada ocasión, esta película es fenomenal, característica dada por el humor y la ambientación de los años 40. Aunque nos logra hacer reír esta simple propuesta asiática obviamente es un alcance pequeño y parecido.
El vomitar y todas las absurdas escenas que hace, son para llamar la atención, pero no creo que esta sea la mejor forma de hacer arte, es evidente que la utilización del soporte para crear este sarcástico documental fue útil e idóneo, para que repetidas veces nos termine aturdiendo, ya que la imágenes de TV son un sin número de imágenes, que una tras otra van anulando la precedente, causando la locura casi atrofiada e inducida por el autor. Por no tener un descanso y una pausa, situación que al menos agota a diferencia de las imágenes fotográficas estáticas, que nos incitan a detenernos y contemplar.
El acierto de hacer algo en el campo del arte que altere los patrones de conducta de los humanos, es una novedad desde las improvisadas intervenciones o videos performance que nacieron en los 70. Éstas manifestaciones siempre dan que hablar, ya que el autor siempre vaciará su pasión y locura dentro de la programada sociedad. El desafiar el orden y ver al que lo desafía, es un acto de voyerismo que limíta con nuestras pasiones e impulsos más ocultos ¿quién sabe por qué? Doblarle la mano a la tradición ilustrada de la época y causar un pequeño desorden, es mostrar que aún estamos vivos dentro de este lugar cargado de sin sentido, tan solo para hacer reír o para que miren el absurdo acometido de este asiático. Para llamar la atención a veces debemos hacer cosas ridículas.
Obra dirigida para todos aquellos que ya son parte de las conservadoras y estructuradas sociedades modernas, las ciudades estratificadas y que se van separando con esteriotipos, vestimentas o disfraces para cada lugar y para cada hora.
Cuando la veamos, no esperemos sentir ese placer estético que debe deslumbrarnos de las obras clásicas de la antigüedad. El video está hecho con una producción baja y mínima en donde queda una vez más en evidencia, la característica moderna apresurada, donde pareciera que ya no quedase tiempo para hacer obras magistrales en técnica y forma, aquellas que incitan a mirar una y otra vez, para buscar la interpretación de su contenido. Obra que terminará aburriéndonos, ya que al igual que su protagonista; si la ves una vez está bien, pero si la ves dos y no la entiendes, será como darte golpes en la cabeza, siendo uno mismo el aturdido.

e hënë, 28 maj 2007

critica de arte

Instituto Arcos
Electivo Critica De Arte
Valentina Montero
Fotografía Profesional


Trans Pacifico

(Un encuentro con Santiago)

Yang Zhenzhong creo una obra realizada partir de fotografías de tamaño 120 X 80, mas apoyo visual, un video que contiene una imagen con movimiento, en el se encuentra un hombre sujetando una ciudad invertida , sosteniéndola con el dedo del centro o en manera mas coloquial , holluo , esta se balancea de un lado hacia el otro , del mismo estilo son las fotografías , pero sostienen diferentes objetos que pertenecen a la ciudad , además de cambiar el personaje en cada una de las imágenes, al parece de un estilo bastante contemporáneo.
Trabaja a partir del sin razón, por que a la primera observación pareciera una verdadera contradicción a lo que la percepción humana esta acostumbrada, jugando con el desequilibrio, así juega con el observador, nos muestra una irrealidad, a partir de objetos reales pero manipulando esa situación , de manera que sea visible y este a favor del mensaje que quiere trasmitir, así como una herramienta fundamental en su trabajo, con ello se aprecia que tratar de modificar la realidad , es parte de la individualidad de quien la realiza , como un sello para comunicarse ,llegando a tal extremo que no importa demasiado la forma en que esta captada la fotografía si no el mensaje, con ello nos encontramos en presencia de lo a que tanto refirmaba Susan Sontag, en el libro sobre la fotografía, esta es mas que un mero registro de la realidad, representa la visión del mundo que apela el fotógrafo .
El mensaje esta enfocado en destacar la problemáticas que han surgido en china, que por ello han formulado un desequilibrio de los últimos años, tanto que se podría entender como una inestabilidad ,que ha surgido efecto en la población de china ,tal así que formula el descontento , expresándolo de forma literal el holluo , directamente hacia el frente ,mostrando el descontento sin rodeos, mandando quizás a la mierda todo lo que representa china para los ciudadanos, sus quioscos, el trasporte , etc. ,todo lo que es parte de la ciudad.
Critica su entorno, que pasa si lo cambia de poción, lo altera como una forma de platear una nueva regla para vivir, recalcando que esta no esta bien, quizás que nada de estas cosas son realmente importantes, que importa la tecnología, que importa la industria, que importa el comercio, si eso pude sufrir desbarajustes, lo único que nos queda es nosotros mismo y lo que queremos del mundo.

Por otra parte, hay una fotografía en especial, por la cual quiero detenerme, esta gran estatuilla de RONALD MAGDONAL, sobre el dedo de este sujeto, además de criticar su propio mundo, al parecer también le es totalmente repulsivo, este eslogan, que nos habla de Grigoladia, todo sabemos que no es necesario especificar para darse cuenta de que ese lugar fue citado en la fotografía, sin necesidad de mencionarlo , solo colocando esa imagen tan peculiar de accidente, con ello se acerca a mi parecer a una comparación , me explico EEUU no le interesa, es patético y china con el desequilibrios que esta viviendo también lo es, no hay diferencia entre ellos, ambos se merecen un holludo.
Este autor nos a dado totalmente un giro de lo que puede llegar a ser el mensaje, si es tratado de una forma mas innovadora, pero no poco relevante, es prácticamente la opinión mas original de un tema que no es para nada simple . Debo agregar que no me parecieron las mejores fotos que he visto, pero sin duda ha sido un mensaje bastante firme. Se hace presente en el gesto del holludo ante la ciudad en que vive .

carla garcia

Scoop




No he visto todo su cine ni estoy cerca de ser una alleniana acérrima. No comparto la nostalgia y la (cada vez menor) incondicionalidad de sus seguidores que asisten cual rito anual al encuentro de "su ultima obra maestra". Es más, tengo mis reparos frente a esa autocomplaciente y terca necesidad de sumar, año tras año, una nueva película a su extensa filmografía. Esto hace inevitable (y a veces odiosa) la tendencia a hacer comparaciones entre sus películas, clasificándolas siempre en torno a dualidades: comedias existencialistas o dramas dostoievskianos, películas ligeras o criticas mordaces, películas de autor donde tiene algo que decir o películas que parecen hechas para cumplir con su norma anual y que caen en la paradigmática categoría de ser "otra comedia de Woody Allen".

Podrá ser una mala costumbre (hay muchos que piensan que debería jubilarse o tomar vacaciones en vez de hacer forzósamente películas), pero la verdad es que aun así el tipo es capaz de hacerme reír en cada nueva aparición. Aunque sea solo eso.

El problema es siempre un asunto de expectativas.

¿Es lícito esperar o más bien exigir de un autor como Woody Allen algo más que risas y manierismos a los que ya nos tiene acostumbrados?

¿Es lícito exigirle un ejercicio autoral que trascienda la marca registrada?

¿Es lícito exigirle algo que tal vez ni siquiera se ha propuesto (quizás a estas alturas solo quiere hacernos reír)?

Talvéz no, pero es inevitable. Aunque con Allen el vaivén entre películas menores y mayores siga un patrón al que uno ya se comienza a (mal)acostumbrar.

Desde Match Point Woody Allen agrega otra dualidad: la espacial. Ya lejos de su amado Manhattan, del intelectualismo neoyorquino y del jazz, Allen marca un (aparente) punto de inflexión en su cine al situarlo en Londres. Y digo aparente porque independiente del género, del tiempo o del lugar sigue manteniéndose fiel a los mismos temas e inquietudes. Podrá cambiar la high class neoyorquina por la aristocracia londinense o ponernos a Tchaikovsky en vez de jazz, pero sus personajes siguen siendo igual de hipócritas, cínicos y neuróticos.

Scoop, su segunda película filmada en Londres y la última que presenta, cae en la categoria de ser "otra comedia de Woody Allen". Una comedia ligera que entretiene y saca risas pero que desluce al lado de su predecesora Match Point, con la que comparte no solo el entorno de la alta sociedad londinense sino también a su protagonista (y al parecer nueva musa) Scarlett Johansson.

El hilo argumental de la película trata sobre una estudiante de periodismo que investiga a un aristócrata londinense del que sospecha es un asesino en serie, esto con la ayuda de un mago prestidigitador de cuarta categoria (interpretado por el propio allen) y los consejos de un célebre periodista muerto que se le aparece fantasmalmente en la cabina "desmaterializadora" del mago. En el camino la aspirante a periodista comienza a enamorarse de su objeto de estudio entorpeciendo la investigación y provocando una serie de irrisorias situaciones.

La pareja protagonica funciona. Allen parece contagiar de su neurosis a la Johansson y entre ellos se crea una suerte de vínculo filial (no como lo entiende Woody por suerte), pero ahí acaba el cuento. No hay desarrollo en los demás personajes, funcionando éstos más como marionetas al servicio de los gags de Allen que a aportar algo trascendete a la historia.

Una historia hecha para el lucimiento del propio Allen, una tribuna que se ha ganado y que acá utiliza desde el escenario del mago Splendini para hablar de sus manias o sus gustos y adular constantemente a su público ("de verdad se los digo, son un público maravilloso, un ejemplo para su raza") consciente de que lo que esta ofreciendo no es más que un falso truco sustentado únicamente en sus palabras (irónico no?). Pero es este el mayor acierto de la película y en donde Allen reluce esa exquisita capacidad que tiene de reírse de él mismo, personificándose genialmente en un prestidigitador de oficio, de esos que rutina tras rutina son capaces de meterse el publico al bolsillo tras el truco mas clásico.

Quizás (y este es un quizás de cortesía) la única gracia de Scoop sea el propio Allen. Y en ese caso no se formula como un buen ejercicio cinematográfico, sino como película digerible solo por quienes aún ríen con su eterna neurosis y narcisismo confeso (de hecho si no fuera por su aparición en pantalla la película difícilmente valdría la pena).

"Yo nací en la confesión israelita, pero con el tiempo me pasé a la narcisista", dice Allen por ahi. Yo nací cuando Allen ya era un autor con importantes obras bajo el brazo y la puesta al día con su cine aún no desencadena en la desidia en que probablemente ha caído gran parte de su público. Insisto, quizás la única gracia de Scoop sea el propio Allen, pero para alguien que a lo sumo lleva 10 años viendo sus tics, el tipo aún resulta simpático en sus tartamudeos y chistes rápidos. Pero de él (y ya lo ha demostrado) siempre se puede esperar más. Quizas sea hora que finalice su ejercicio onanista anual y se dedique a entregar algo más que buenas rutinas humorísticas. Porque más de lo mismo tarde o temprano acabara por aburrir.

e diel, 27 maj 2007

textos criticos

Espacio para la publicación de textos críticos sobre artes visuales: fotografía, cine, video, plástica.